5 razones por las que ocultar una mascota al propietario es una mala idea

Cómo pet-lover, puede ser muy tentador esconder a tu mascota en el inmueble que rentes, a pesar de una estricta política de no mascotas en el contrato. Al fin y al cabo, el administrador/propietario del departamento nunca pasará por allí y lo descubrirá, ¿verdad? No es así. 

 

Aquí hay cinco razones por las que es una idea bastante terrible esconder a tu mascota:

 

#1 Podrías terminar siendo desalojado.

En tu departamento está estrictamente prohibido tener mascotas. Entonces, ¿qué es lo peor que puede pasar si te descubren? Básicamente, las cláusulas de no mascotas se crean porque otros inquilinos del condominio pueden ser alérgicos a los gatos/perros, o los propietarios están preocupados por los daños que pueden causar. Es decir, no quiere lidiar con problemas de desgastes.

 

Teniendo esto en cuenta, si tu casero ha decidido aplicar una cláusula de no mascotas y tú metes una a escondidas en el inmueble, podrías ser desalojado. Tendrás que renunciar a tu depósito en garantía, te verás obligado a mudarte y te pondrían reportar en una lista negra que claramente manchará tu expediente de arrendamiento. Sin embargo, podría ser peor. Tu casero podría demandarte a ti por violación de contrato. El desalojo no es el peor de los casos.

 

#2 No siempre se puede confiar en los vecinos.

Hay vecinos de todas las formas y tamaños. También habrá alguno que sea buen amigo de tu casero y que no dudará en denunciar cualquier cosa (en serio, cualquier cosa). En todas las situaciones, lo mejor es ser un buen vecino, ser honesto y atenerse a las reglas.

 

#3 Piensa en los costos adicionales
Muchos propietarios ya están pidiendo un depósito extra por mascotas que va desde el 5% hasta el 50% de otro mes de renta.

Esa cuota parece excesiva, pero, aunque no lo creas, hay bastantes posibilidades de que tu casero no te la devuelva. La razón es sencilla: Las mascotas pueden causar un enorme desgaste en el inmueble. Desgastan y arañan distintas partes del depa. Incluso si eres un limpiador impecable, tu casero va a necesitar algunas habilidades de limpieza cuando te mudes.

 

Los pelos se meten en todo: a través de los armarios y atrapados en los filtros de aire. Recuerda que un futuro inquilino podría ser muy alérgico a la caspa de perro o gato. Así que sí, la cuota de la mascota parece excesiva, pero cubre el costo de la limpieza adicional y el desgaste excesivo.

 

#4 Puede que seas bueno guardando secretos, pero tu mascota puede delatarte

Si tu cachorro ladra y aúlla a todas horas, quizá debas reconsiderar la posibilidad de esconderlo en tu casa. No hay nada que te delate más rápido que el hecho de que tu vecino oiga los aullidos del perro a altas horas de la noche en el pasillo. Los gatos también pueden ser bastante ruidosos. Si tu mascota no está muy bien adiestrada y no hace ruido, definitivamente no debes hacerlo. Te descubrirán y denunciarán rápidamente.

 

#5 No es muy justo para tu mascota

Las mascotas no deberían estar encerradas en el interior del inmueble sin acceso al mundo exterior. Necesitan paseos, descansos y exposición a la luz del sol y a nuevos entornos. Mantenerlos encerrados en tu departamento no es justo para nadie. Si tienes una mascota, es importante que planifiques con antelación y busques una propiedad que admita mascotas.

 

Así que, siendo realistas… 

Hemos cubierto algunos escenarios aquí. Algunos son menores, otros son el peor de los casos. Siendo realistas, las posibilidades de que te demanden son escasas, pero las de que te desalojen son mucho mayores. Piénsalo: habrás roto el contrato de renta. Si tu casero ha prohibido completamente las mascotas, es probable que haya habido una razón importante para ello.

 

Tener una renta segura es sólo el principio para disfrutar de tu hogar. Querrás poder relajarte y descansar sin estrés innecesario. Si se escapa tu mascota, estarás al límite sintiendo la necesidad de esconderte y callarles constantemente. La novedad de tener un gato o un perro en casa desaparecerá rápidamente por el cansancio y la preocupación.

 

Dejando a un lado todas las cuestiones de ética y equidad, un simple cálculo de riesgo/recompensa determina que la respuesta es bastante clara en este caso: No metas una mascota en tu próxima renta si no lo permiten. No vale la pena el riesgo.

También te puede interesar